No existe una forma perfecta de andar.
Esta forma de analizar el patrón de marcha y de carrera surge de la combinación de una serie de pruebas inocuas para el paciente. En su forma completa, se observa al paciente andando y/o corriendo, se movilizan los miembros inferiores en camilla (descarga) y se observan sus estructuras estando el paciente de pie (carga).
Los pies funcionan como soporte de todo nuestro cuerpo y es donde acaban o terminan todas las correcciones y adapataciones que nuestro cuerpo realiza para adaptarse al ambiente.
La forma de los pies y, por tanto, la forma de andar y correr esta determinada por la forma en que distribuimos la carga del cuerpo en dicho soporte y esto puede verse alterado todo tipo de situaciones, tanto intrínsecas (dolores musculares u óseos en pies o cualquier otra parte del cuerpo, acortamientos musculares...) como extrínsecas ( mal calzado, muchas horas de pie, entrenamientos...).
Resulta, por tanto, básico para nuestra calidad de vida, un cuidado óptimo de los pies y esto incluye una correcta distribución de cargas. Para ello, según cada caso, se dispone de una gran variedad de opciones incluyendo estiramientos, plantillas, ejercicios de musculación...
Los deportistas son un tipo especial de paciente y como tal han de ser tratados. Están sujetos a condiciones fisicas más extremas que cualquier otra persona con una actividad física dentro de la media y esto se debe tenerse en cuenta a la hora de realizar un análisis y proponer un tratamiento.
A medida que se sube de nivel en un deporte, estas condiciones se hacen cada vez más extremas (más horas de entrenamiento, menos descansos...) y los objetivos se hacen cada vez más específicos y exigentes.
Cada deporte es un mundo y como tal, se compone de reglas que dan lugar a distintas situciaciones y gestos deportivos típicos de cada deporte.
Un buen control de la biomecánica puede ayudar, no sólo a prevenir lesiones, sino también a aumentar el rendimiento